Absolución
En las vías, el tren serpenteaba
por los campos rasgados de las nieblas.
Un lindo sol, tragaba las tinieblas
de mi alma que, sin más, de mí alejaba.
Era el tren del ensueño en personajes...
Un alemán contaba en sus groseras
carcajadas, su vida de quimeras
en tabernas, burdeles, de sus viajes.
Un español, persigue con sus ojos
la lujuria, que en una pelirroja
fresca, que como un árbol se deshoja,
se arrancaba el pudor sin más sonrojos.
Un par de brasileños, con pajizos
diamantes que, montados en botones,
escondían en risa enclenques dones.
Un ruso de castaña barba en rizos
platica en su nostalgia, la ruleta
de vida en Montecarlo de aventuras.
Unas viejas inglesas, secas, duras
con su biblia en la mano y su maleta
llena de nobles intenciones, buenas...
Una alemana en el pasillo vaga
de insípida mirada gris que halaga
y olvido el mal momento de mis penas.
Qué espectáculos veo en soledad,
por mi ventana el horizonte en niebla
se azula y de verdura el valle puebla,
como un pacto de amor y de amistad.
Alguien examinaba muy curiosa
mi presencia, de angélica pureza
que radiaba de luz con su belleza
en abundantes rizos, era hermosa.
Me ofrece su sonrisa comprensiva
y sus ojos azules penetrantes
llegaban hasta el alma y mis amantes...
bajé mis ojos en vergüenza esquiva.
Busqué de nuevo su mirar de cielo
Y perdón le pedí por contemplarla
su santidad derrama el admirarla
que quema los pecados con su fuego.
Su ternura me dio la absolución,
ya que he vivido en la maldad humana
su caricia suprema que se hermana
me dio la paz que busca el corazón.
José Luis Moreno 15/02/2021