Cuando vas a mar, disfrutas sus playas; el agua, las olas, el sol, el horizonte… literalmente te enamoras y tus deseos salen, piensas y sueñas con tus fantasías eróticas; que todo hombre ó mujer laguna vez tuvo.
Con el mar embravecido
Decimas
Disfrutando de sus dunas,
escuchando sus cantares;
me gusta mirar los mares,
al reflejo de sus lunas;
azules como ningunas.
Con el mar embravecido,
se me alborota el sentido.
Al oír de sus oleadas,
levantando marejadas;
es de herencia concebido.
Esas olas como atlantes,
pegadas con su lechada;
dejan tu tierra mojada,
como dos buenos amantes,
que disfrutan sus instantes.
Retrocediendo al salirse,
para volver a meterse.
Como un intercambio sexual,
expulsa espuma de coral,
y a tus orillas ganarse.
Esas olas tan gigantes,
tu orilla van conquistando;
y a su paso van dejando,
con sus momentos vibrantes;
secuelas de los amantes.
El agua ya muy tranquila,
Y un suave viento titila.
Parece un enorme espejo,
del cielo solo un reflejo;
que el horizonte vigila.
Moreno Hurtado 02/25/2014
Poemas a discreción, Los cuentos del abuelo