Como es pesada la vida...

Todo el día trabajando,

y recuerdo de chiquillo…

soñando me la pasaba.

Y se vienen las memorias,

memorias de aquel antaño.

Las historias del Abuelo

que las sigo recordando.

Mis padres ya comentaban...

-Él ya perdió la razón…

Él me esperaba tranquilo

en su viejo sillón, y yo,

con aire considerado

buscando lo que miraba,

a su lado me sentaba

 y una sonrisa en sus labios,

asomaba en mi mirada.

Le preguntaba por algo,

lo que fuera… no importaba

y como si ya supiera,

me contaba sus historias

reviviéndolas de veras...

Yo lo escuchaba paciente

y mi mente transformaba,

las historias de caballos,

caballos de esos salvajes

que  lazaba él en el monte.

Mirando hacia el infinito...

lo dibujaba mi mente,

con nubes que imaginaba,

convertidas en caballos

galopando en desbocada.

A pelo con mucho brío

Y relinchando su cuaco

atrapaba a los rebeldes.

Bestia y jinete flotando

de las crines bien pescado,

lazo en su diestra azuzaba

y lograba detener,

esas nubes desbocadas,

que con la persecución

asustadas relinchaban.

Me contaba sus historias

siempre atento lo escuchaba,

Recordaba así sus glorias

que de ellas, él era dueño.

De historias fue un contador...

Fue así el creador de mis sueños.

 

Moreno Hurtado                 02/08/13