Quien vive una vida plena, y puede descansar en paz…
Cuando tú vengas…
Quiero recordar toda mi vida
siendo una esperanza concedida.
No sé si comenzó con llantos,
Se me trato como un príncipe
o me llenaron de cantos
Disfrutando yo de pequeño,
mi niñez fue como en un sueño
Las cosas gratis de la vida,
Reír, cantar, llorar y sentir
de eso nada se me olvida.
Gocé mucho mi juventud
más jamás comprometí mi virtud.
Quise cambiar este mundo
con la mochila a mi espalda,
me convertí en vagabundo.
Pero cuando me llego el amor…
De su flor probé el dulzor,
la locura sí que envuelve
nuestros cuerpos se derriten,
y una cama nos disuelve.
Los hijos… que recompensa divina.
Verlos crecer fue mi gusto
si que fue una emoción genuina,
pero pronto se retiran,
esa es la ley de la vida.
Ya la madurez se impone
sin que mi mente cuestione,
y siempre a tu cuerpo obliga…
El caminar se hace lento,
que ya todo te fatiga.
No esperes de mí las gracias
que así como me has dado,
hasta hoy te sigo pagando.
Por eso… Cuando tú vengas…
Yo te estaré esperando.
Mortado 03/15/2014
Poemas a discreción, Los cuentos del abuelo