Ella estaba contando un cuento

en el dormitorio de los niños.

Desde la sala escuchaba atento

podía sentir los jugueteos y los cariños,

Todo era un dulce momento.

 

Los busqué en el dormitorio.

Entré despacio, sin hacer ruidos.

Ella estaba como un libro leyendo,

los niños casi dormidos;

el sueño los estaba venciendo.

 

Ella continuaba hablando

yo escuchaba complacido;

Las historias que usando

a nosotros como personajes;

y como Cupido nos Había unido….

 

Podía ver su rostro casi de frente

con el dedo índice en medio de sus labios

tratando de hacer silencio,

que el narrador del cuento omnisciente, comenzaría la historia indulgente.

 

Erasé una vez, una pareja de novios

que peleaban su amor a espadas y dientes. Caballeros, dragones y mucho dolor.

Que brujas, malvados ogros y dementes trataban con magias; injurias y sables separarlos siempre de arrancar su amor.

El cielo y las hadas siempre bendecían

a esta pareja, qué por fin vencían;

Al mal que aquejaba con mucho terror.

Más siempre ganaban y daban las gracias, terminando siempre a los pies del señor.

 

Así terminan sus cuentos.

Yo nunca pierdo la calma.

Los niños duermen contentos,

que tengo una familia hermosa

y llenan completa mi alma.

 

De amor alimenta sus sueños,

yo se que sigue mi turno;

deseo y espero… con labios risueños.

 

 

 

 

 

Moreno Hurtado                                    02/14/2014