En un camino perdido, donde la desolación queda; donde la guerra destruyo todo y no queda nada, ni siquiera un lugar donde uno pueda tener algo de sombra. Aparece un destello…
Destello de esperanza.
Tierra muerta... desolada,
sin espacios con sombra de techo.
Que si busco no encuentro ni mi lecho,
en esta tierra yerta abandonada.
Sus montañas tristes consumidas,
sin el verde que un día ellas tuvieron.
¡Todo murió!… se consumieron,
por las piras de los infiernos prendidas.
Caminos de ilusiones engañosas.
Solo llamas atrapadas en imágenes,
Instantes que en tus ojos no retienes;
Espejismos con luz algo borrosas.
¡Pero que te has creído hombre!
que eras el único animal sobre la tierra.
Olvidaste tú la paz haciendo guerra,
queriendo escuchar solo tú nombre.
El eco solo escuchará tu mente.
Ambiguas respuestas silenciosas,
que un día las colinas tan hermosas;
hicieron este mundo diferente.
Hijo descendiente de Narciso,
que has olvidado tú el amor de hermano.
Haciendo de tu vida algo profano,
creando un triste mundo algo rojizo.
¡Más no temas!…
Que él, jamás te ha abandonado.
El cielo rompe en dimensión desconocida,
con luces y colores muy brillantes de venida;
un destello de esperanza te ha otorgado.
Que él en ti, aun tiene la confianza.
Sus lágrimas caerán del cielo entero,
bendiciones enteras de aguacero.
Si olvidas tu rencor y tu venganza.
Moreno Hurtado 02/21/14
Poemas a discreción, Los cuentos del abuelo