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El libro de mi ayer.
Tú recuerdas la rosa que me diste,
en los años de amor que nos juramos.
Bajo un árbol recuerdo nos besamos,
con la rosa ese beso me pediste.
Y guardando esa rosa pasó el tiempo…
Al crecer el destino nos cambió,
el sentir en mi alma se quedó.
Y lo quiero, mantengo y no lo irrumpo.
Aunque tú ya tengas vida de casada…
Yo jamás el sentir pude vencer,
tengo aquí esa promesa ya olvidada;
De ese amor que tuvimos sin querer.
Esa rosa se quedo en mí atrapada
en páginas del libro de mi ayer
Mortado 05/13/2014
Poemas a discreción, Los cuentos del abuelo
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