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La persona que roba los corazones de sus mujeres de una forma especial.
Ladrón de amor.
En un callejón oscuro,
pacientemente Esperando.
Maestro del guante blanco,
un tiempo que tenga franco
y dar su golpe seguro.
Pero nunca anda con prisa,
su tiempo, el mejor aliado,
de acero nervios precisa
nunca anda desesperado...
muestra siempre una sonrisa.
Puede entrar por los balcones,
las puertas no son problema:
de fuego son sus pasiones,
las mujeres... !Son la gema!,
los rubís sus corazones.
El llega siempre al asedio,
con garbo y mucha elegancia:
cien por ciento es el promedio
que tendrá lo que requiere
y no le importara el predio.
Embaucador natural,
no trabaja con la fuerza:
es un dios de amor carnal
usando su inteligencia,
jamás usara violencia.
Al llegar a su objetivo,
usa siempre sus sentidos:
la hace presa es su cautivo,
palpitaciones al tacto
y muy agudos sus oídos.
Como si el sintiera el fuego
que las corroe por dentro,
la caja fuerte es un juego.
Su tacto siempre desliza
como si estuviera ciego.
Al rozar su cerradura,
que pareciera inviolable.
Como si sintiera el aura
y de precisa cautela,
ataca de forma artera.
Ella cede en el momento,
al sentir la piel su prenda:
esta su pulso en aumento,
con tientos ella se adapta
hasta perder el aliento.
Se busca por todas partes.
Individuo peligroso.
Gusta de las bellas artes.
No lo veras en un banco.
El es un ladrón de amor…
Maestro del guante blanco.
Moreno Hurtado 01/27/14
Poemas a discreción, Los cuentos del abuelo
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