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Maldita profecía... 

 

Maldita profecía que me mata,

despierta de mis sueños que profesan…

Amores que sintiendo nunca pesan

en mi alma,  más ahora ya maltrata

 

mi pecho, corazón que no dilata…

Suspiros sin querer ya no regresan,

mis ojos que de muertos nada expresan;

Ni amor por el soñar con una ingrata.

 

Viviendo de lo bueno de la vida,

al verte te admiré como visión…

Dejaste así tu risa en mi alma hendida,

 

quitando de mí sangre la presión;

Buscó el despertar mi alma, que dormida

halló; Así esa bendita maldición.

 

Mortado                                       10/02/2014 

Poemas a discreción, Los cuentos del abuelo

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