Sal, Limón y Tequila.
Estaba en un café bar de bohemios
Solo conmigo, como ya es mi costumbre.
pláticas abiertas de poetas y de abstemios…
y la vi sola sentada al final del salón,
hermosa... me invadió la incertidumbre.
Una sola mirada algo muy discreta,
mire su silueta entera casi la desnudo.
Ella acomodó sus lentes, se miraba inquieta;
Tomaba un vino rosa muy elegante en copa
pretendiendo estar sola, a modo de escudo.
Había despertado la bestia en mi persona…sentimiento, el más natural de la lujuria.
Jamás lo había sentido, si alguien lo menciona,
mi mente estaba creando unos eróticos trazos;
no sé nada de mujeres, ¡esto es una injuria!
Mi alma en su materia, puso algo de sal...
Ligeramente el limón pase a saborear,
al tomar mi tequila; Sentí así su amor carnal.
Fue algo que atrapaba mis sentidos,
no pensaba y me invitaba solo a confiar.
Sentí los latidos de su ansia nada vanos;
Mientras acariciaba a toda ella completa,
se estremecía de una forma de profanos.
Probé la dulce salvia de sus frutas tan divinas,
digno manjar de un hombre algo profeta.
Encontré la sal, que de ella toda emanaba;
Con lo amargo dulce del limón allá en su azahar.
Bebí… despacio el tequila que su espíritu invitaba.
Aromas, sabores, sentires, esencias; cosas raras...
Tierra fértil que me exigía completa a sembrar.
Descargas eléctricas recorriendo mis sentidos,
estremeciéndose completa ella casi a la locura.
Momentos dulces, amargos muy divinos;
Experiencia exquisita algo sobrenatural,
son plegarias concedidas allá en la altura.
Tomé de nuevo el caballito y lo alce al cielo.
Diciendo. –copetéala de nuevo cantinero.
-Tiene su esencia, tiene su cuerpo; dije al vuelo.
La sal, el limón y el tequila del mejor agave
Es silencio, es mirada… es mujer y yo lo quiero.
-Salud.
Mortado 03/27/2014
Poemas a discreción, Los cuentos del abuelo