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¡Yo… Tú mascota!.

 

Lo espero día y noche, que en vigilia

siempre estoy deseando una sonrisa,

hay veces… No hay cariño por la prisa

más siempre cuido bien de la familia,

no pienso que su amor por mi se exilia…

Yo creo que el deber siempre lo acosa

y pienso que su alma está nerviosa

y espero de sus manos la concilia.

 

Lo miro cabizbajo, con problemas

y siento que ya pronto me acaricia…

Lo espero sin recelo, ni avaricia;

Que entiendo de su vida y sus dilemas,

hay veces que me dice. -No me temas

y ve que desde lejos lo saludo;

Mis ojos se entristecen se hacen nudo

y brillan transparentes como gemas.

 

Le temo… más le quiero y le respeto

y espero muy tranquilo que me quiera,

no quiero que un problema le surgiera…

Que siempre estoy aquí listo y muy quieto.

Ya sabe, todos saben, no es secreto…

De todos soy el más fiel compañero,

los cuido muy feroz; ¡soy un guerrero!.

Cariño y obediencia yo prometo.

 

No entiendo me han echado de su lado,

si dí con todo amor lo que tenía…

De pronto de la nada ese mal día,

olvido solo vi de lo pasado;

Que todo lo vivido se ha olvidado,

pensar que me creí de la familia

y ahora se me echa, se me exilia…

Me siento triste, mal y destrozado.

 

 

De un perro para su amo…

 

 

 

Mortado                                           10/01/2014

Poemas a discreción, Los cuentos del abuelo

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